Jordania

Ocupa una tierra entre el mar Rojo, el mar Muerto y el desierto de Arabia donde cristianos, musulmanes y unos pocos judíos viven juntos y en paz. 

¡Qué hermoso!

Peregrinos de Tierra Santa, turistas y cineastas se cruzan por los caminos de este sitio maravilloso



   Amán
La pintoresca capital de casas blancas y poco verde al igual que su par italiana se levanta sobre siete colinas donde el ayer y el hoy se mezclan bajo un mismo cielo. En la ciudad conviven edificios modernos con restos arqueológicos de otras épocas y en la cima de una colina central la antigua Ciudadela nos trae al presente la grandeza del pasado donde el templo de Hércules construido por Herodes el grande, desafía el tiempo y todavía, algunas de sus columnas se funden con las nubes. Observar la ciudad desde allí es un placer para el visitante y un dulce recreo para los del lugar. Amán es una capital adornada por minaretes y cúpulas doradas con sus medias lunas al cielo donde la oración del Corán llega por altavoces a todos los rincones de la urbe que posee el anfiteatro más grande y mejor conservado de todo el Medio Oriente. Esta ciudad con un bazar interesante y un buen número de desordenados campos de refugiados palestinos que llevan allí más de 50 años brilla bajo el sol del día y se enciende bajo las estrellas de noche.


Era el año 2004, y el fantasma de la Guerra de Irak, azotaba al mundo cuando yo me encontraba en un hostal de Amman, donde una historia dormida dentro de un libro de notas para Huéspedes llamó mi atención hasta el punto de que más tarde la inserté, con algunos arreglos que para nada modifican el terrible argumento, en uno de mis libros llamado: “Al Límite”. A continuación agrego el relato y como no es referente a los viajes lo identifico con otro color para quien desee evitarlo.

Se levantó, caminó hacia su compañero y se acomodó, a su lado, en un sillón con capacidad para varias personas. «¡Oye Wilson!, escucha esto —y seguido a la introducción comenzó a leer para los dos—: “Amán: mes de enero - Año 2004, mi nombre y mi vida en sí no tienen importancia. De todas maneras aporto mis señas para que alguien avise a mi familia —Takako Tamada, ciudadano japonés, residente en Yokohama, nacido el 6 de octubre de 1980— Cuando vuelva a salir el Sol dejaré este albergue y abordaré un taxi que a cambio de trescientos dólares americanos va a llevarme hasta la misma Bagdad. Sé que voy a morir y únicamente espero que mi muerte se sume como un rechazo hacia esta guerra inútil. Paz y dignidad para Iraq”, al pie firma el autor.» Al terminar de leer el párrafo Charlie hizo un pequeño silencio y Wilson estuvo a punto de iniciar un comentario cuando su compañero le interrumpió. «Espera que hay más —saltó una hoja que no pertenecía al tema y siguió leyendo—. “Homenaje a Takako Tamada, los hermosos momentos que supiste compartir con nosotros en este sitio son razón más que suficiente para llevarte en el corazón hasta el fin de nuestros días. No recordamos si dijiste tener un Dios, si lo tienes que Él te tenga en la gloria. Evitamos preguntarnos si una acción extrema de ese tipo era necesaria. La cadena de televisión estadounidense CNN mostró al mundo tu decapitación después de tu secuestro y ahora nosotros trabajamos para olvidar como pasó y buscamos información para saber cómo vivió ese gran hombre, esa gran persona que hubo en vos.”

Debo terminar con la capital pero, por favor, dejen que lo haga después de agregar una anécdota que sacudió mi alma: Iba camino al anfiteatro cuando me encontré con una escena curiosa donde dos personas que llegaron con grandes bolsas de plástico color negro las vaciaron en el suelo, acción reacción, de inmediato los allí reunidos, que a juzgar por la apariencia llevaban tiempo esperando, se arrimaron con una mezcla de temor y alegría y arrodillados o en cuclillas comenzaron a buscar en el afán de encontrar algo que les pertenecía. Entonces, sentí curiosidad y le pregunté a un muchachito listo que hablaba idiomas, “¿qué hacía allí toda esa gente?” Y el chiquillo  respondió: “Son iraquíes desesperados en busca de noticias de sus familias. Su país está invadido, no hay ley, orden y tampoco funciona el correo, entonces, grupos de audaces voluntarios arriesgando sus vidas van hacia allá, recogen mensajes manuscritos en las ciudades más importantes y los traen hasta aquí. Esas son cosas terribles de las guerras que nunca llegan a los oídos de los que construyen desastre de ese tipo. Ahora sí sigamos con lo nuestro:

   Petra
El pueblo Nabateo dejó de ser nómada en el siglo IV antes de Cristo para asentarse en la tierra de Edom, entre el mar Muerto y el golfo de Aqaba, próximo al cruce de importantes rutas comerciales como las que partían desde el puerto Mediterráneo de Gaza hacia Damasco e incluso continuaban más allá de las arenas y llegaban al mar arábigo en el golfo Pérsico. Un gran pueblo, una gran empresa, tallaron, piedra a piedra, hasta que apareció una ciudad esculpida en la roca; la insuperable, hermosa y enigmática “Petra” que está situada en la Jordania de hoy y al inicio del siglo II d. C. Pasó a formar parte de las Provincias Árabes del Imperio Romano. Pero mucho antes de que eso ocurra Petra era un importante lugar de paso de las rutas comerciales como la que iniciaba del otro lado del rió Nilo o la que partía desde palestina y llegaban a Palmira e incluso a Persia. Eran épocas de caravanas de camellos que transportaban incienso, especias, mirra, seda, pieles y piedras preciosas y otras mercaderías que engrandecían a Petra. Lo siento me dejé llevar; es que quién estuvo en este sitio sabe que el ambiente alimenta nuestra energía que hacen volar nuestra imaginación hasta el punto de palpar la ciudad en sus mejores épocas.
Como curiosidad agrego que este sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en el siglo VIII, debido al cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, la ciudad fue abandonada y cayó en el olvido para el mundo occidental hasta 1812, cuando fue redescubierta por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt.



Excelente documental sobre el pueblo Nabateo y Petra (tres partes)






  Aqaba

Es una ciudad turística sobre el mar Rojo, que cuenta con playas preciosas y excelentes áreas de buceo, además, posee un buen mercado de artesanías y de noche hay buena juerga.
Recuerdo que allí un refugiado palestino que era anciano y había llegado a Jordania de pequeño me preguntó: ¿Por qué le hacen lo que le están haciendo a mi pueblo? Respuesta abierta… porque yo, en aquella oportunidad, me encogí de hombros.

Wadi Rum
Es un valle desértico situado a 1600 metros del nivel del mar en una región montañosa formada por granito y arenisca a 60 km al nordeste de Aqaba —ver el mapa— conocido en Occidente por el oficial del ejército británico T. E. Lawrence, que lo usó como base de operaciones durante la Rebelión Árabe de 1917-1918. El área protegida de Wadi Rum es el primer sitio mixto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en Jordania. Por su importancia histórica y la belleza de sus colores es este sitio se han rodado películas importantes entre las que quiero destacar la súper-producción realizada en 1962, bajo el nombre de: Lawrence de Arabia.



Hay mucho más que ver en Jordania como el mismísimo mar Muerto, ver presentación de Israel, o Madaba, la ciudad de los mosaicos, mientras que los religiosos pueden visitar el monte Nebo donde según la Biblia, Moisés, que dirigió a los israelitas desde Egipto, y que tenía la entrada negada a la Tierra Prometida, vio la tierra de Canaán desde la cima de esta montaña antes de morir.
Mosaico de Madaba


Este sitio es demasiado importante para dedicarle tan poco espacio, entonces, en el afán de remediar el fallo, por así llamarlo, agrego un excelente enlace de Wikipedia , que aparece sobre el nombre de la enciclopedia, donde pueden seguir en detalles otros sitios que forman parte del riquísimo patrimonio que este país pone a disposición de todos.

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