Sulttanato de Omán

En algunas partes de este país el desierto no es tan crudo como en el territorio de sus vecinos más cercanos y, además, por aquí veo que primero intensifican el verde y luego llegan las edificaciones. 
Mientras que en los Emiratos Árabes Unidos o Qatar todo se hace a lo bestia, primero el cemento y luego el resto. Tengo que agregar que sus mezquitas son las más bellas y delicadas que he visto en todo el mundo árabe.


En el siguiente mapa de Google aparece marcada la ruta: Dubái-Mascate (Muscat)-Salalah

 Omán  
Esta preciosa ciudad ubicada en la entrada del golfo de Omán, sobre el mar Arábigo es la capital del Sultanato.

A pesar de ser la urbe más importante de Omán es un sitio que se presenta muy tranquilo entre montañas de colores maravillosos y recibe al visitante con un casco antiguo amurallado, todavía, vigilado por un fuerte portugués del siglo XVI que encierra calles estrechas y muestra algunas puertas de época. 

Mascate, también, presenta mezquitas importantes y el Palacio del Sultán; hay un bazar medianamente interesante, la comida es buena, los precios son accesibles y no hay juerga o al menos yo no di con ella.

Salalah

Quien tenga intenciones de seguir camino a Yemen —yo no puedo hacerlo porque acaban de cerrar la frontera—, puede llegar hasta aquí después de un día de viaje en autobús desde la capital. El camino es duro pero no habrá sido en vano, porque las dunas y los camellos se lo habrán pagado. Después de pasar algunos poblados perdidos y ver beduinos un verde increíble, abundante agua dulce, plantaciones de banano y cocoteros les recibirán a destino. También hay playas de arena blanca, se pueden practicar deportes acuáticos o salir de pesca. En la ciudad el zoco es de destacar y ver caer el sol en el mar es precioso. 

Bueno desde aquí es todo y como no me dejan entrar en Yemen estoy obligado a pegar la vuelta.

Al mal tiempo buena cara



Sean felices

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