<h1>Tahití, Polinesia francesa</h1>

Es la isla más grande de la Polinesia francesa y se encuentra en el Océano Pacífico. Lejos de todo y cerca del paraíso, este territorio que se divide en dos porciones de tierra —Gran Tahití, ubicada al noroeste y Pequeña Tahití, ubicada al sureste— conectadas por el istmo de Taravao.

El total del territorio apenas pasa los 1000 km², su capital es Papeete y el punto más alto es el monte Orohena.

Salir del aeropuerto de Papeete fue como llegar a Hollywood, allí la gente recibía a los suyos con preciosos collares de flores frescas y para los que no tenían la suerte de que les estén esperando el departamento de turismo había colocado preciosas azafatas que nos recibieron con collares en el cuello.

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En este sitio de sueños van a encontrar aguas cristalinas y palmeras bonitas como las que suelen aparecer en las portadas de las revistas especializadas en turismo. El lugar es muy tranquilo y sus playas son preciosas con la particularidad que el visitante puede elegir entre arenas doradas o de color negro por el origen volcánico del suelo.

Playa de arena dorada

En el centro las montañas regalan un paisaje perfecto mientras que en el mar el conjunto de peces, fondo marino y la esperanza de encontrar una perla hace del buceo una actividad exquisita. En este paraíso también pueden practicar otros deportes acuáticos, jugar al golf o dar paseos a caballo. 

Playa de arena negra

La isla  principal posee una carretera que la gira en su totalidad y a pesar de que las casas le roban al camino la vista al mar, alquilar una moto para conducir por allí es precioso.

Cuando cae el sol llega la hora del espectáculo y ver una danza polinesia al ritmo de sus tambores es realmente emocionante. Además de eso yo recuerdo que había una calle pequeña, muy divertida y con algunos locales para mezclarse con los tahitianos, beber algunos tragos y echar un baile.

	GRANDS BALLETS DE TAHITI - Ote'a a hiro .mp3
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Terminada la visita a pesar de la proximidad de Moorea voy a seguir rumbo a Bora Bora. Con respecto a  la primera les voy a decir que  personalmente  no la conozco pero una amiga que es de allí me aseguró que su isla es preciosa y les puedo asegurar que es realmente lo es porque lo vi en el brillo de sus ojos. 

Todos los que viajen de Asia a América, o viceversa, sepan que tienen grandes oportunidades de hacer una o más paradas en las maravillosas islas de Pacífico.

¡Sean Felices!