Eran finales de los ochenta; hacia poco que
había entrado a Perú procedente de Bolivia y a pesar de saber que está tierra
estaba atravesando momentos difíciles, viajaba feliz, sin tener en cuenta ese detalle, hasta que el autobús que me
llevaba como pasajero rumbo a Puno, donde iba a coger el tren, se detuvo en un comedor
de un pequeño pueblo.
Música Andina
Bajamos y de inmediato se cortó la electricidad. Era una noche sin luna, no se veía nada, entonces, me senté en un tronco preparado con la cuota necesaria de paciencia, que parecía que no iba a ser necesaria porque en pocos minutos regresó la electricidad y fue increíble.
Música Andina
Bajamos y de inmediato se cortó la electricidad. Era una noche sin luna, no se veía nada, entonces, me senté en un tronco preparado con la cuota necesaria de paciencia, que parecía que no iba a ser necesaria porque en pocos minutos regresó la electricidad y fue increíble.
Todos habían desaparecido; había algunas
mesas servidas y dando un recorrido cuando llegué a la cocina apagué unos
fogones donde se quemaba la comida. No había gente en el restaurante, tampoco se
veía movimiento en el pueblo y sin solución a la vista, volví a coger asiento.
Un par de horas más tarde, con mucha desconfianza, comenzaron a regresar las
primeras almas que me miraban y se sorprendían al ver que no me había sucedido
nada. ¿Y qué piensan ustedes que me debería haber pasado?, pregunté. Y nunca
hubiese imaginado una respuesta de aquellas: “Hace unos días el grupo
terrorista Sendero Luminoso, cortó la electricidad en un poblado y, provistos
de linternas, buscaron y mataron a todos los que encontraron.
El camino a Cuzco en tren fue increíble;
la cordillera, el color de sus montañas y el avistamiento de águilas. Por un
lado el entorno natural donde no faltan las llamas y por otro los campesinos
que decoran el entorno andino. Había curvas donde el convoy se veía obligado a
aminorar la marcha y esa lentitud la aprovechaban los vendedores de mercaderías
variadas, sobre todo comida. Servían maíz con queso de cabra, por allí los
granos de choclo son del tamaño de un diente de ajo, y cordero asado. Para este
último utilizan una técnica, para conservar la temperatura envolviendo las piezas
en tela, que es realmente sorprendente. El controlador nos dijo que a esta
gente le llamaban los hijos del tren porque viven, crecen y mueren cerca de los
rieles.
Cuzco, Plaza de Armas |
A 42 km de Cuzco se encuentra esta antigua
construcción que parece haber sido un lugar de ceremonias ubicado en un promontorio
rocoso que une dos montañas. No hay camino para llegar hasta allí pero sí otras
posibilidades. Los más audaces pueden seguir un antiguo sendero bien señalizado
que exige un esfuerzo que ronda los 3 días y quienes prefieren la comodidad
pueden coger un moderno tren que viaja junto a los rápidos del río Urubamba y
demora menos de dos horas. De aquella experiencia recuerdo con simpatía una
parada en Aguas Blancas, un pueblito que posee aguas termales asentado en un
pequeño espacio que crea un arroyo que baja entre dos montañas.
Una vez al pie de Machu Picchu, los
aproximadamente 800 m de camino empinado que separan la cima del río se pueden
subir andando o coger una camioneta por el módico precio de un boleto.
Hay gente que se queda a pasar la noche
para ver el amanecer desde este reino sagrado enclavado en la selva.
Yo no lo hice y tampoco pude coger la
carretera directa que unía Cuzco a Lima por dos razones: la primera es que
estaba en muy malas condiciones y el riesgo de caer en algún precipicio era muy
alto y la segunda es que Sendero Luminoso, que dominaba la zona, hacia poco
tiempo había bajado a los pasajeros de un autobús y había ejecutado a 4
europeos. Así estaban las cosas en el Perú de aquellos tiempos, por fortuna,
esa pesadilla ha terminado.
En Perú hay una extensa lista de sitios Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que podéis ver en el siguiente enlace de Wikipedia.
En Perú hay una extensa lista de sitios Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que podéis ver en el siguiente enlace de Wikipedia.
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