La
capital de Francia es escenario relevante en un capítulo de mi tercer libro:
“El Último Inmortal”.
Sepan
disculpar el agregado de un par de trozos de la obra recién mencionada en esta
primera presentación de Francia para mi blog. Allá voy:
«Cuando
corría el año 1726, la villa de París había crecido y se veía como una
voluminosa manzana partida al medio donde el río Sena ocupaba el lugar del
tallo y la isla de Notre Dame —en el centro de todo—, se presentaba como el
corazón de la fruta que aloja las semillas de la nueva vida».
El
siguiente párrafo relata el ingreso del inmortal que venía a caballo desde el monte
Saint Michel, al lugar que hoy ocupa esta majestuosa ciudad.
«Con
calma, sin prisa y con algo de dinero, algunos días más tarde, cruzó el foso de
agua que precedía la muralla. Los centinelas le dieron la bienvenida y se
adentró en la villa. A trote suave en dirección este, hombre y caballo, pasaron
por “La Bastilla”. Michel, le echó una ojeada y pensó: “Qué gran ciudad y qué
gran Reino, tiene el corazón tan dulce que recibe a todos sin preguntar, si les
manda Dios o llegan del Infierno”».
Si
les apetece esta obra o cualquiera de las mías, basta que la pidan a godmorningjoe@yahoo.es, para que en
formato electrónico (eBook) se las envíen de inmediato y sin costo alguno.
Desde ya gracias por considerar esta propuesta. Ahora sí sigamos a lo nuestro:
“El turismo en la capital de Francia”.
Yo
que tuve la suerte de conocer París hace mucho tiempo cada vez que regreso veo
una ciudad más dinámica con un aumento considerable del número de residentes
extranjeros.
Recuerdo
la época del franco francés; esa maldita moneda exprimía mis bolsillos y tengo tan
mal recuerdo de aquellos billetes tan grandes, en tamaño, que cuando
desaparecieron, a pesar de que no lo es, en Francia con el euro todo me parece
muy barato.
Cuando
se les presente la oportunidad no olviden tener en cuenta que es muy cierto que
París es un sitio muy romántico donde llevar a una dama.
(Ella y Él), en París. ¿Qué bonito, ¡verdad!? |
Para
visitar de forma básica esta metrópolis hacen falta un mínimo de tres jornadas y
profundizando siete.
De
día y de noche París, que recibe anualmente 25 millones de visitantes, es una ciudad preciosa. Aquí los más pequeños pueden disfrutar en Disney World París, que como todos saben es el único sitio de este tipo en toda Europa.
Aquellos
que disponen de poco tiempo o prefieren la comodidad, en esta como en todas las
grandes capitales europeas, puede montarse en el autobús turístico que, según
dicen, les va a llevar a conocer los 50
principales monumentos de París, desde el Louvre hasta “El Arco del Triunfo”,
pasando por la "Avenida de los Campos Eliseos" (Champs-Élysées), la torre, la catedral de Notre-Dame y "El puenteAlexandre III".
Ahora
bien, quien como yo prefiera el descubrimiento por mérito propio y, por esa razón, pase del autobús, puede coger un mapa turístico e iniciar la
visita en la Torre Eiffel.
Digo esto porque una vez que desde las alturas comprendamos mejor la distribución de la ciudad, con el corazón tintineante por las vistas bajamos y comenzamos el recorrido que además de los sitios anteriormente mencionados debe incluir lugares como: “El museo de Lourdes”, que alberga “La Gioconda”; “La Opera” y “El Centro Nacional de Arte y Cultura Pompidou”, donde funciona el Museo Nacional de Arte Moderna, un centro de investigación musical y acústica; y una biblioteca.
El transporte de la capital francesa es muy variado, e incluso si les apetece pedalear en París puede coger una bicicleta en cada rincón de la ciudad y luego de utilizarla dejarla en cualquier punto de este parqueo que ofrece el sistema.
Digo esto porque una vez que desde las alturas comprendamos mejor la distribución de la ciudad, con el corazón tintineante por las vistas bajamos y comenzamos el recorrido que además de los sitios anteriormente mencionados debe incluir lugares como: “El museo de Lourdes”, que alberga “La Gioconda”; “La Opera” y “El Centro Nacional de Arte y Cultura Pompidou”, donde funciona el Museo Nacional de Arte Moderna, un centro de investigación musical y acústica; y una biblioteca.
La Gioconda de Leonardo Da Vinci |
París,
también, posee un moderno centro financiero y recorrer el sitio es alentador y
muy interesante; para hacerlo solo tenemos que coger el metro y bajar del otro
lado del río Sena en la estación de La
Défense.
En
invierno en la capital francesa podemos encontrar la nieve que en más de una
oportunidad nos va a obligar a buscar refugio en alguna de las tantas cafeterías
que despiertan a la ciudad con aromas de café recién molido y pan recién horneado.
De
esta manera, están las cosas cuando reina el frío, mientras que cuando llegan
las buenas temperaturas, todo es distinto: abundan las flores, las terracitas
de los locales son un amor, el murmullo en los parques suena mejor que el canto
del ruiseñor y es hermoso pasear en barca por el Sena.
París
es mítico. ¡Que maravilla! Si vienen por la ciudad no olviden visitar barrios como:
“Le Marais”, donde se pueden vagar sin rumbo por las callejuelas que te llevarán
a descubrir excelentes restaurantes y sitios de moda. O el Barrio Latino que
más allá de albergar la Sorbona, ofrece un ambiente estudiantil que ilumina
centenares de tiendas particulares, lugares de antigüedades, bares y casas de
comidas originarias de todo el planeta.
Dentro
del ámbito de los paseos pude comprobar que muchos turistas se acercan a rendir
tributo al pie de las tumbas de ilustres o famosos que abundan en los
cementerios parisinos. Si este tema es de vuestro agrado, yo personalmente no
puedo ayudarles, pero de todas maneras sepan que en cualquier oficina turística
de esta ciudad van a encontrar abundante información al respecto.
Cuando
en París las luces, las estrellas y la luna se asocian para regalar un buen espectáculo
el escenario se llama: Torre Eiffel (vean el siguiente vídeo) y no se preocupen que la torre no se cae, es solo un mal movimiento de la camara que registraba el momento.
Si
nos apetece una cena la ciudad junto al río Sena puede ofrecernos centenares de
buenas propuestas, mientras que quien escribe prefiere orientarlos hacia un
único sitio que se llama: Buddha Bar. Un local que se destaca por presentar un Buda de dimensiones colosales
dentro de un entorno muy glamoroso. Su música es exquisita y su cocina convence
Música del local parisino
En
París si les apetece, también, pueden ir a cenar a cabarés de la talla de
Moulin Rouge o Lido, aunque yo les aconsejaría que cenen en otro sitio y allí
lleguen a beber champán y ver el espectáculo.
Foto combinada donde aparecen Lido y Moliu Rouge |
Set fotográfico
À Bientôt Paris
Hasta pronto a París, y a ustedes gracias por haber llegado hasta aquí saludos y hasta la próxima.
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