Casi cuarenta millones de
visitantes al año que se dejan aproximadamente un billón de dólares mensuales,
alimentan este monstruo insaciable nacido del vientre de cuatro casas junto a
una estación de ferrocarril, aquella misma, que un siglo atrás abastecía de
agua, víveres y carbón a los trenes que unían la Costa Atlántica con su par del
Pacífico. Y el Norte frío al cálido Sur. A pesar de que muchos de los treinta
hoteles más grandes y lujosos del mundo son huéspedes de la ciudad, que brilla
en el Desierto de Nevada, sus tarifas son sustancialmente más agradables que en
otro sitio de los Estados Unidos.
Es que aquí el flujo de dinero entra por el
tubo del juego que empieza a chupar desde muy cerca de los aviones que llegan a
la ciudad porque las máquinas tragamonedas invaden toda la terminal aérea. Las
hay instaladas por todos los sitios, incluso en las salas de embarque para que
la gente juegue mientras aguarda el avión y los más desesperados al bajar del
aparato.
Capilla para bodas |
Las tragaperras como las llaman los españoles son más de ciento
cincuenta mil en la ciudad que celebra más de ciento treinta mil matrimonios al
año; los pequeños edificios donde se celebran las bodas están abiertos las
veinticuatro horas y si los contrayentes se presentan sin sus respectivos testimonios,
allí mismo los pueden contratar
Publicidad |
Et transporte desde y hacia el aeropuerto es muy sencillo pero en la ciudad es
más fácil y más rápido contratar una chica de alquiler que un coche de tarifa. De
todos modos hay un servicio de autobús que recorre el Boulevard e incluso
conecta, esta zona, con la Vieja las Vegas.
“Lo que pasa en Las Vegas no sale de Las Vegas.”
Bajo este eslogan crece y crece, la ciudad que lo controla todo. Un sinnúmero de cámaras vigila al visitante de forma tal que es posible, entre comillas, filmarle en forma ininterrumpida hasta que cierre la puerta del cuarto de su hotel.
En el mapa aparece pintado de color celeste el Estado de Nevada, mientras que el círculo blanco punteado en rojo indica la ubicación geográfica de Las Vegas
Bajo este eslogan crece y crece, la ciudad que lo controla todo. Un sinnúmero de cámaras vigila al visitante de forma tal que es posible, entre comillas, filmarle en forma ininterrumpida hasta que cierre la puerta del cuarto de su hotel.
En el mapa aparece pintado de color celeste el Estado de Nevada, mientras que el círculo blanco punteado en rojo indica la ubicación geográfica de Las Vegas
Aquí se suceden las curiosidades y no es extraño ver en
las interminables recepciones batallones de ágiles empleados que atienden con
premura y aun así la fila para registrarse es pesada y el cliente por lo
general debe esperar. Este tipo de situaciones se considera normal en complejos
de entre mil y cinco mil habitaciones.
El presupuesto de los grandes
casinos en algunos repartos es ilimitado y la seguridad privada supera, en
medios y números, a la propia Policía. No queda detalle al azar; en estos
sitios incluso monitorean las matrículas de cada automóvil que ingresa al parking y un programa informático las
compara con la lista de vehículos buscados por el FBI. Con tanto dinero fresco
circulando es lógico que esté lleno de maleantes intentando aprovecharse.
Digamos que es un juego paralelo donde los casinos pueden perder mucho más que
el puñado de dólares de la partida porque el golpe de un ladrón hiere el
orgullo de la casa y desprestigia el lugar. De todos modos están muy bien
preparados, son sumamente eficaces en lo que hacen y los bandidos al máximo
pueden lograr colar alguna ficha falsa, una carta de crédito clonada y poco
más. Solo el cine ha sido capaz de dar golpes importantes en Las Vegas y no es
atrevido afirmar que los grandes hoteles están mejor vigilados que el mismo Pentágono.
La romántica metrópoli europea
bañada por el río Sena tiene su par insignia en el Desierto de Nevada y como no
podía ser de otra manera está ubicada sobre el Strip, así se llama al boulevard de Las Vegas que a su paso
acaricia los grandes resort que se dan cita en el lugar. Impresionante a
primera vista, sobre todo para todos aquellos que conocen París. El complejo es
capaz de revivir siglos de historia de la ciudad que representa. En la misma
entrada un globo azul de grandes dimensiones iluminado desde su interior
presenta guardas horizontales y franjas verticales amarillas que no impiden que
letras en relieve con bordes color rosa y centro blanco escriban la palabra:
“París”. Aquí como en la misma capital francesa se respira el perfume del pan
recién hecho y el café molido al momento. Por razones de espacio: “El Arco del
Triunfo”, se encuentra frente a la fachada de la Gare de Lyon y como no podía
ser de otra manera en primera línea está ella: “La Torre Eiffel” construida a
media escala de la real sin dejar detalles al azar. Subir a la torre por su
ascensor de vidrio y ver la ciudad iluminada es un gusto para los ojos y una
caricia para el corazón. Imponente hacia la cima, osada y prepotente por debajo
donde tres de sus patas de forma curiosa irrumpen dentro del salón que alberga
el casino. El complejo presenta exquisitos restaurantes capaces de embellecer
el alma y perfumar el espíritu de comensales privilegiados. En sitios de estos
no hay pausa para salir del camino de la sorpresa y edificios de dos plantas, como los que a principio del siglo pasado
formaban la esencia de la capital, se levantan a uno y otro lado de la
callecita empedrada que recorre la zona
de compras.
“París-París.
París en Europa.
París aquí”
Al complejo no le falta nada y en
su calle de luces rojas muchachas hermosas de talento abundante se muestran
acelerando corazones en un endiablado varieté.
La sala del París, al igual que la de otros complejos, es capaz de hacer
cualquier suma de dinero corta, pero con el día no tiene el mismo éxito porque
el hombre con astucia dibujó el cielo celeste y blanco en el techo para que la
jornada allí dentro sea eterna.
Para quien no es jugador Las
Vegas tiene reservado un sin número de atracciones y quien juega que Dios le
cuide su bolsillo. Es un bonito pasatiempo pero les recuerdo que ganar es
incrementar nuestros conocimientos, practicar algún deporte y llevar una dieta equilibrada, por
ejemplo. A propósito, quien lo desee va poder entrenar en las instalaciones que
los hoteles ponen a disposición de sus clientes.
Visita a la Stratosphere Tower.
Trescientos cincuenta metros de altura para alejar a los pecadores del infierno
y acercarles al cielo; es la torre de observación más alta de los Estados
Unidos. Yo la describo como un pedestal blanco en forma de energía que sostiene
un cilindro vidriado de las características visuales de una torre de control.
El ascensor trepa a nueve metros por segundo por el tronco de la caprichosa construcción
y los visitantes descienden del aparato en el piso 109 para disfrutar de trescientos
sesenta grados de panorama. Recuerdo que allá arriba mi mirada paseó por el largo del
Strip, se detuvo en cada uno de los hoteles y continuó por el valle de Las Vegas.
La ciudad luce como un oasis colorido enmarcado por un fascinante abanico de
tonos suaves: grises delicados, marrones increíbles y rosados que trepan por
las montañas y se reúnen con los colores del cielo. Observar el amanecer y el
atardecer son verdaderos placeres añadidos en la capital del juego. A los
amantes del riesgo sobre la cúpula de la torre les espera los cuatro juegos
mecánicos más extremos del mundo.
-X cream: es un juego que se
presenta con un cochecito para ocho pasajeros sostenido por una barra que se
columpia y cuando lo hace hacia adelante enfila a gran velocidad el vacío dando
la sensación de caer. Pero como es lógico, donde termina la vía por donde se
desliza finaliza el recorrido y el mismo mecanismo que lo frena, lo levanta, lo
echa hacia atrás y lo regresa al punto de partida. Demás está decir que todas
estas actividades, solo están destinadas, a personas gustosas de elevar su
adrenalina al máximo.
-Insanity ride: es una atracción que cuenta con tres pares de sillas, colgadas por un brazos a la barra principal. Cuando todos los pasajeros están sentados
y sujetos; la barra se desplaza, saca las sillas al vacío, comienza a girar y la
velocidad que adquiere hace que los asientos de los pasajeros se levanten y se
alejen dando la sensación que todo el conjunto vuela como un platillo en el
vacío. ¡Dios!
-Big shot: es un vehículo
cuadrado que envuelve a una vía, por la que se desliza, y por cada lado tiene
cuatro sillas. Un potente golpe de aire comprimido, impulsa al vehículo que
trepa por sus carriles a una velocidad de más de sesenta kilómetros por hora y
recorre más de setenta metros, por la antena, hasta llegar al cielo de la
torre. Después se detiene unos instantes en lo más alto de la ciudad y baja de
un soplo hasta el piso 113.
En Las Vegas aunque el día este
frío el sol es generoso
El Mandalay Bay hotel casino, (es
el último del Strip o el primero si el deseo es empezar el recorrido desde ese
lado). Este espectacular edificio de cristal dorado tiene el estilo de moda de
la ciudad en donde todos los espacios se completan con arquitecturas muy bellas. Junto
al nombrado se levanta imponente otro de los grandes colosos, el hotel y casino Luxor. Distinguido entre distintos, es un increíble edificio piramidal de
cuatro lados de más de cien metros de altura revestido de cristales negros y la
punta blanca. Cuando el sol se esconde y el cielo se hace oscuro una potente
línea de luz blanca parte desde su punto más alto y atraviesa el cielo con la
esperanza de que los faraones, en el Paraíso, vean como su imperio desafía el
tiempo y se conserva radiante en Las Vegas. Un trozo del antiguo Egipto que ofrece
al visitante una atención de faraón. Si echamos un vistazo a nuestro alrededor
vamos a comprobar, una vez más, que en toda la zona el presupuesto les tiene
sin cuidado; todo se hace a lo bestia, grande, fuerte, hermoso y con el mejor
material.
La pirámide por dentro es
grandiosa y por los cuatro lados se suceden un sinfín de balcones escalonados
que llevan a las habitaciones y ofrecen por toda su extensión la exquisita panorámica
del salón central. Cuatro lados y dos curiosos ascensores obligados, por la
figura geométrica del edificio, a subir y bajar en diagonal.
En color azul están marcados los tramos que recorre el mono-riel |
Sin salir del
hotel podemos coger el mono-raíl: un cómodo y moderno tren aéreo que nos lleva al siguiente complejo de nombre: "Excalibur". En este resort las habitaciones están en dos alas que se enfrentan, y entre
ambas se levanta un llamativo castillo al estilo de Luis II de Baviera, que funciona como sala de juegos y contiene el resto de atracciones
del complejo.
Hay otros tramos de este tipo de transportes pero si nos les molesta seguimos a pie. Gracias por venir
conmigo. Cuando atrás queda el complejo anterior cruzamos el puente que
atraviesa la avenida Tropicana y llegamos al ingreso del: “New York - NewYork”, hotel y casino. Este palacio de entretenimiento construido de reciente
permite al visitante saborear la Gran Manzana. En este resort turístico
ningún detalle fue sacrificado en el diseño y una representación más fiel de su
homónima sería difícil de imaginar.
El Empire State Building, la
Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn y por si todo eso no alcanza para
darle un atractivo exterior de Hollywood cuenta con una alocada montaña rusa
que gira entre aquel grupo de edificios a más de cien km por hora. En el
interior árboles artificiales y riachuelos comparten espacios con las mesas de
juego para dar la sensación que el casino está montado en el mismo Central
Park. En otro espacio hay un área diseñada al estilo de las calles de Nueva
York, incluso con sus típicas alcantarillas, sus letreros y todos los pequeños
detalles que hacen a una gran ciudad. Little Italia, el Barrio Chino, Broadway
y Time Square, de una manera u otra, todos los sitios emblemáticos están
representados en este complejo monumental.
En las Vegas podemos ver medio
mundo agrupado en una calle. Abandonamos el New York, cruzamos la línea de
tráfico principal y nos encontramos con el hotel Tropicana, uno de los más
antiguos y MGM un complejo increíble donde destacan sus leones.
No se sorprendan porque aquí es
común que durante el recorrido encontremos a personas haciendo publicidad de
muchachas que esperan un llamado del otro lado del teléfono.
Casino Aladdín, el embrujo de la
ciudad.
Después del salón de juegos
aparece el Desert Passage, y aprovechando la oportunidad nos encaminamos detrás
de una pequeña caravana de mercaderes a pie y odaliscas a lomo de camello. ¡Así
es Las Vegas! Todo un pueblo de estilo árabe está construido dentro del mismo
hotel con la idea de llevar al visitante por las antiguas rutas comerciales, el
sur de España, el norte de África y los pueblos costeros del mar Arábigo.
Edificios blancos con techos redondeados y atmosfera de bazar. Un sitio
increíble donde sobran los detalles. Incluso en un rincón han colocado un barco
carguero que simula estar atrapado en un puerto por la niebla producida junto a
truenos y tormentas eléctricas por vía artificial de alta tecnología. El lugar
es ideal para las compras y la pausa para echar algo al estómago.
Después del Aladdínn pasamos frente al Ballys y cruzamos otra vez
el Strip. Las Vegas, cuán grande es ella, está fresco pero las aguas de la
fuente del Bellagio templan el ambiente.
“Las aguas que danzan”, son una
combinación perfecta de chorros de agua que emergen del fondo de un lago
artificial y despliegan su coreografía al ritmo de música; arte puro que crece
cuando oscurece y entran en complicidad las luces que actúan en sintonía. La
fuente tiene una colección de interpretaciones dinámicas y cada una de ellas es
una expresión única en su género. En el fondo de tan bello espectáculo aparece
un edificio dorado en forma de semicírculo que bien puede representar a un
hombre que abre los brazos esperando para recoger un sueño. Dentro el hotel
alberga el casino y, como todos aquellos grandes complejos, tiene una
maravillosa zona de compras.
Siguiendo su ruta, pasamos frente
al Caesars Palace, es preferible llamarle así porque con el mismo nombre pero
traducido al español hay un hotelucho
de mala muerte bastante retirado del Strip. El Caesars, es uno de los complejos
pioneros de la nueva era de la ciudad conocido en todo el mundo por ser
precursor de las grandes veladas de boxeo en la ciudad. “El Palacio César” y no
“El Palacio del César” porque la casa es de los huéspedes donde cada uno de
ellos debe sentirse un emperador. La galería de tiendas de este complejo está
ambientada en estilo romano e incluye, entre otros monumentos, una réplica de
la Fontana Di Trevi.
Más adelante encontramos el
complejo The Mirage, que por el frente presenta un lago artificial y junto a las
aguas un volcán que cada noche explota demostrando un despliegue impresionante
de fuego y sonido. ¡Mirage!, otro de los grandes que se refleja como el oro en
cuyo interior presenta cascadas de agua y flora tropical capaz de transportar
al visitante al corazón de la selva. En su jardín de secretos un grupo de
tigres alegra aún más la vegetación que les rodea mientras en el hábitat de los
delfines sus graciosos ejemplares guindan el edén.
Una constante de sorpresas y
emociones así es Las Vegas y todo está de un lado u otro del boulevard.
Allí ya podemos ver la torre de
plaza San Marcos del complejo Venetian (Venecia). El espíritu romántico de la
ciudad de la laguna no podía faltar en esta zona privilegiada de Las Vegas. Es
normal que al llegar al puente del Canal Grande se nos ericen los bellos. Quien
conoce Venecia puede comprobar lo bien que está representada la ciudad. Dentro
del complejo se nota la mano de los mejores. Es como si hubiesen llamado a los
diseñadores, camiones de dinero se volcaron frente a ellos y una voz les dijo:
“Ahí tienen, dispongan y creen”.
Las palabras: majestuoso, impresionante, grandioso y demás adjetivos de ese mismo género están obligados a estar presentes en la mente de quienes visitan este paraíso. Con su vestíbulo de piso de mármol y paredes blancas decoradas de rojo y oro, sin exagerar, podemos afirmar que The Venetian es la chica bonita de la fiesta. El complejo tiene en su haber innumerables tesoros como el canal de las tiendas circulado por las típicas góndolas y poblado por excelentes locales que ofrecen ropa de primera marca y cocina italiana.
Las palabras: majestuoso, impresionante, grandioso y demás adjetivos de ese mismo género están obligados a estar presentes en la mente de quienes visitan este paraíso. Con su vestíbulo de piso de mármol y paredes blancas decoradas de rojo y oro, sin exagerar, podemos afirmar que The Venetian es la chica bonita de la fiesta. El complejo tiene en su haber innumerables tesoros como el canal de las tiendas circulado por las típicas góndolas y poblado por excelentes locales que ofrecen ropa de primera marca y cocina italiana.
El tiempo viaja deprisa y los más
tempraneros habitantes de las sombras comienzan a dar sus primeros pasos.
Cuando la capa de la noche cubre la ciudad, Las Vegas, brilla con luz propia.
Es entonces cuando la actividad frenética de los clubes nocturnos, los sitios
de espectáculo y los casinos bulle.
Esa gente se prepara para más
tarde mientras que nosotros estamos haciendo un recorrido donde el show
debe continuar. Por esa razón, seguimos camino hacia el norte y un par de
minutos más tarde nos detenemos en medio de la multitud frente al hotel y
casino Treasure Island para disfrutar del espectáculo: “Las bravuconas sirenas
de la isla del tesoro están listas para simular una lucha con una banda de
piratas renegados. Está por comenzar la a actuación en el lago artificial
frente al complejo. La oscuridad envuelve las aguas y dos Galeones se
encuentran a la espera en ambos extremos de la charca. Comienza la música de
suspense y se encienden las luces sobre la nave blanca mientras aparecen las muchachas
vestidas de corsarias. Algunas con más y otras con menos ropa, las hay rubias,
morenas y son todas preciosas. Después de la belleza: “miedo”, porque los focos
iluminan una nave roja y negra de renegados que se acerca. Las jóvenes lanzan a
voces su desafío; ellos replican y la música acompaña; instantes más tarde
inicia la escaramuza, ruidos registrados, luces, fuego y humo simulan la
batalla. La embarcación blanca se encuentra en dificultad y pierde el mástil
pero son valientes, reaccionan, disparan y disparan y afondan a los malvados
renegados”. Un sofisticado mecanismo es el responsable de crear un conjunto de
efectos especiales que permite presentar, tres veces por día, esta súper
producción. Los momentos en Las Vegas son así: “¡Pum...! ¡Pum!” Llegan deprisa,
sorprenden, encantan y no terminan porque enlazan un siguiente no menos
espectacular.
¿Muchos sitios, verdad? Lo siento
si viajo muy rápido es que quiero llevarle a todos. Más adelante se encontró
con otro de los favoritos del público: el hotel y casino Wynn. De cinco
estrellas, cinco luceros podríamos decir; osado hasta tal extremo que expone un
concesionario, Maserati - Ferrari en su interior. La fachada resplandeciente,
también está ligeramente arqueada hacia adelante pero ésta, como ninguna otra,
deja escapar hacia el cielo un extremo. Un toque personal que lo distingue de
los demás. La belleza exterior es tan solo un pequeño anticipo porque para
rematar el asombro hay que llegar al interior donde el lujo y la vegetación
superan la palabra impresionante. Posee su propia montaña y la charca de
nombre: “El Lago de los Sueños”. Sus hermosas cascadas entregan al pasante una
brisa fresca para que admire plantas y flores con mayor comodidad. La
decoración presenta alfombras floreadas de color damasco y rubí que se combinan
con enormes espejos finamente enmarcados, candelabros brillantes, suntuosos
faroles y un mobiliario increíble.
Les recuerdo que en la mañana
visitamos la Stratosphere,
Después fuimos a la otra punta del Strip e hicimos el recorrido regresando.
Ahora cuando estamos a un centenar de pasos de nuestro punto de partida pasamos
por el complejo Circus Circus, un
mundo de luces que tiene el honor de haber aparecido en dos representaciones
del cine. El siguiente es el Sahara casino hotel, un palacio al estilo marroquí
con un sin fin de luces y palmeras favorecido entre otras cosas por la serie de
televisión que lleva el mismo nombre de la ciudad. Las Vegas es mucho más que esto, todavía nos
queda la parte antigua donde hay una calle de peatones cubierta, casas de
regalos y muchas casas de juego más modestas. Además, la ciudad está en
constante evolución y en mi reciente visita pude comprobar que varios complejos
en vías de desarrollo están muy cerca de entrar en escena.
Recuerden que lo sucede en Las
Vegas no trasciende más allá de los límites de la ciudad. Artistas de primera línea permanente presentan
los mejores espectáculos que existen. Debo acotar que hay un sin número de representaciones
de Elvis Presley que cansan sin llegar a manchar la imagen del espectáculo
global que sin duda es genial.
Las casas de venta de entradas
que están por todos lados les sabrán informar, les adelanto que lo bueno es
salado y una oposición más económica es salir a bailar.
“En el
escenario del planeta todo somos actores y artistas y el arte de ganar dinero
es una disciplina con dos caras opuestas pero el centro es de un solo elemento,
la capacidad de aprovechar al límite la astucia empequeñeciendo al máximo el
riesgo. Por esa razón cuidado con el juego”
Hay sitios para todos los gustos y no tienen de que preocuparse porque los relaciones públicas, de los locales, les
van a abordar en la calle para pasarle entradas a mejor precio y ellos mismos
les van a proveer toda la información necesaria. Les recuerdo que durante el
día hay fiestas que se organizan alrededor de una piscina.
El “Bar Coyote”, está dentro del
complejo New york - New york y es un buen lugar para pasar el rato. El local de
estilo sureño está revestido completamente de madera y destaca una extensa
barra ubicada al fondo que recorre todo el ancho del salón. No hay sillas o
taburetes y el sitio es concurrido por clientes que llegan atraídos por el show:
“Made in Coyote”, el sello que caracteriza a todos los bares de ese tipo.
Atractivas cantineras cantan y bailan sobre la barra mientras una de ellas
camina por el mueble con dos botellas de tequila en la mano. Juegos en el
juego, los clientes interesados dejan un par de dólares sobre el banco de
servir y después apoyan la cabeza boca arriba sobre la madera para que la
experimentada tequilera que hace malabares
con sus botellas, después de pisar el dinero, desde la altura eche un disparo
de licor en la boca de su cliente. Las muchachas eran verdaderas artistas y los
números aparecen espontáneos y en continuidad.
El Palm, hotel y casino, está de
alguna manera ligado al fundador de la revista Playboy, el mismo hombre que
abrió el primer Club original con este nombre en Chicago en la década de los
sesenta, después la marca desembarcó con sus clubes en muchas ciudades
americanas hasta que en los ochenta Playboy cerró su última discoteca y ahora
de la mano de su creador original, el Señor Hefner, que al momento tiene
ochenta años y tres novias, el club regresa a escena en la vidriera de Las
Vegas. Playboy y Moon son dos discotecas que se encuentran, una sobre otra, en
los últimos pisos del Palm. En la primera nos vamos a encontrar con un
agradable lugar ambientado en estilo retro donde ventanales gigantes ofrecen
una panorámica asombrosa de la ciudad y el valle. ¡Qué belleza! Candelabros de
cristal, sillones de felpa y las camareras vestidas de conejitas formaban el
cuadro. Incluso hay mesas de ruleta dentro de la misma discoteca. Bonita pero
no es de mi agrado por esa razón les invito a que me sigan que vamos a subir
unos peldaños.
Nos montamos en la escalera
mecánica y cuando atrás queda la atmósfera refinada y juguetona de Playboy
entramos en el universo de la Torre de Fantasía: “Moon”. Esta discoteca ubicada
en el piso 53, crea un ambiente de sueños donde aparece gente guapa de todas
las edades. Personas distintas que han vivido tanto que ya no les atrae el
presente y salen por ahí a vivir emociones del futuro. Más ventanales y más
inquietudes visuales. Afuera el paisaje, dentro la tecnología. Una discoteca
más allá de la tierra donde el acero robusto pintado de blanco sostiene la
estructura que deslumbra con sus pisos que cambian de color. Sonidos y luces de
otro mundo y láseres capaces de perforar a todo aquel que descubra aburrido. En
las noches cálidas el techo se abre para mostrar las estrellas y su luna
gemela.
Las Vegas, posee otros lugares
exquisitos
Uno de mis favoritos es el Voodoo
Longe, sobre el Hotel Río, un sitio de tragos y baile que mira desde lo alto las luces de la ciudad;
sus vistas son maravillosas.
En el MGM, podemos bailar en el majestuoso
Estudio 54, una discoteca con origen neoyorkino que se supo adaptar muy bien a
la ciudad.
“Batida o revuelta, de una forma u otra, Las Vegas es sabrosa”. Sin necesidad de salir del MGM podemos
pasar por Tabú, un local con estilo que debido a su tamaño puede ser llamado “Boutique.” El sitio tiene toques sofisticados
y viene frecuentado por una clientela destacada que recibe una atención
exclusiva a cargo de un equipo de modelos que atienden el bar y la sala.
Más fiesta
Aunque el complejo Venetian; con
su diseño, sus canales, murales y esculturas mantiene al visitante atrapado en
Venecia cuando llega la noche hay una manera de escapar de la ciudad. ¿Cómo hacerlo?
Pues saltando dentro de las
alforjas de Marco Polo, aquel veneciano que partió de su tierra y descubrió un
camino que unía el Occidente al Oriente que más tarde llamarían: “La Ruta de la
Seda”. Si no estuviéramos en este lugar, tal vez, solo una fantasía de ese tipo
sería capaz de llevarnos allá. Pero Las Vegas es capaz de ir más allá de tus
sueños y dentro del mismo complejo Venetian, alojó dos grandes puertas que
conducen al Oriente. La discoteca “Tao”, es la preferida de las estrellas de
Hollywood, así también como de los industriales de la música y la televisión.
Un sitio con un toque de templo budista; estatuas imponentes y un sinfín de
candiles que dan vida a la decoración. En la sala principal hay dos bañeras
donde hermosas muchachas suelen tomar un baño en agua perfumada por desarmes de
flores de rosas. Además, pétalos frescos de la misma flor salpican de encanto
el templo y ponen en contacto al visitante con una agradable sensación natural.
Por su parte la cabina del disc-jockey
se encuentra, como casi todas, en las alturas con el agregado que la del Tao
representa un trono. Algunas personas de forma equivocada interpretan que el
rey de la noche es el pincha discos y no es así porque este personaje es
un currante cuya función es alegrar a los clientes, únicos y verdaderos “Reyes
y Reinas”, de cada lugar.
Podría escribir un libro sobre
esto.
En realidad ya lo hice; se llama “Al
Límite” y no está en venta porque lo regalo. Si te gusta leer lo puedes pedir
en formato e-Book a goodmorningjoe@yahoo.es
y desde mi oficina te será enviado de inmediato.
Para una visita básica a la Ciudad del Pecado, sin contar el tiempo que van a permanecer en las salas de juego, hace falta como mínimo tres días, mientras que el periodo ideal, incluyendo los momentos de juego, debería rondar la semana.
¡Qué disfruten y ganen mucho dinero!
Yo voy a seguir el viaje cuando se cansan de jugar me alcanzan los espero: ¿No lo sé...? ¿Que les parece Miami?
No hay comentarios:
Publicar un comentario