Cuando
las personas piensan en Brasil, de inmediato, su mente vuela rumbo a los
grandes mitos del turismo: Río de Janeiro, las playas del refinado sur o las
arenas del norte que son bañadas por las cálidas aguas del Atlántico; pero muy
pocos encuentran motivos para pensar en esta ciudad que se comenzó a construir
en 1956, con Lúcio Costa como principal urbanista y Oscar
Niemeyer como principal arquitecto. Finalizadas las obras, en el
año 1960, fue nombrada capital de Brasil y desde el año 1987 pertenece al
Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Mi inquietud por venir aquí, surge de que yo conocía todas las ciudades importantes de América menos esta —cuando digo América me refiero al continente completo de Ushuaia a Alaska—, entonces, me dije: “Tienes que ir a verla”. Y hoy me siento muy afortunado de haberlo hecho.
Mi inquietud por venir aquí, surge de que yo conocía todas las ciudades importantes de América menos esta —cuando digo América me refiero al continente completo de Ushuaia a Alaska—, entonces, me dije: “Tienes que ir a verla”. Y hoy me siento muy afortunado de haberlo hecho.
Este
lugar es distinto de todos los que había visto; es una urbe que sin duda ofrece
a sus habitantes calidad de vida. Grandes avenidas, mucho verde, un lago
maravilloso, un buen sistema de transporte urbano y otros… hacen que Brasilia sea
un lujo.
Para
los ansiosos, esos que no paran hasta haberlo visto todo, con un día completo
en la ciudad tienen suficiente —yo voy a estar tres—. Quien lo haga andando,
como es mi caso (7 horas de marcha), debe estar en buen estado de forma y tener
en cuenta la temperatura y la probabilidad de lluvia. De todos modos, las comodidades
están para ser utilizadas y quien lo prefiera sepa que puede montar en el autobús
turístico que lo llevará en su terraza a recorrer la ciudad.
La
forma más sencilla de iniciar el recorrido es subir a La Torre de la T.V., para
echar un amplio vistazo antes de organizar el paseo que debe incluir lugares
como: el nuevo estadio destinado a recibir el próximo mundial de fútbol, todavía
en fase de construcción, el Museo Nacional, la moderna Catedral de Brasilia,
los edificios de los Ministerios, el Parlamento y el puente J.K. sobre el lago de Palanca.
Se recomienda ampliar las imágenes que aparecen a continuación con la modalidad pantalla completa ubicada en botón de abajo a la derecha del set.
Se recomienda ampliar las imágenes que aparecen a continuación con la modalidad pantalla completa ubicada en botón de abajo a la derecha del set.
La
ciudad tiene la forma de un ancla que termina en el lago recién mencionado. El
mango de ese ancla está elevado y, esa razón, hace que cuando entramos a
Brasilia (de oeste a este) de la manera que marco en color amarillo en el siguiente mapa; delante de nosotros,
debido a la pequeña depresión que origina el lago, tenemos una panorámica de
más de 180 grados de la ciudad, Esto es único, maravilloso y de noche las luces
realzan su encanto.
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