Ocupa una isla montañosa, con valles profundos y vegetación exuberante; el sitio es grande y los costos son razonables; creo que aquí lo ideal es alquilar un coche y dedicar tres o cuatro días de nuestro tiempo a este lugar maravilloso.
Lógicamente que quienes lleguen para realizar alguna actividad en especial, como escalar el volcán o las montañas Pitons símbolos de Santa Lucía, que incluso ocupan un lugar en la bandera que representa a esta isla, necesitan un poco más de tiempo.
Este país tiene dos aeropuertos, razón que obliga a verificar con anterioridad a la partida la zona a la que van a llegar. Además, de los medios aéreos Santa Lucía está conectada, vía transbordador, con Martinica. Con respecto a este último comentario, tengan mucho cuidado porque la mayor parte de la información que aparece en internet no ofrece garantías, y yo que sufrí estas consecuencias les digo que hay una sola compañía que cumple con las formas y los horarios, pero solo cuesta unos pocos dólares menos que el avión que demora 25 minutos y ofrece vistas maravillosas. En teoría, también, hay conexiones de barco con otras islas, pero llevarlas a la práctica es casi imposible. Siguiendo con los detalles de interés les recomiendo que traigan su computadora porque es siempre más fácil que encontremos información por nosotros mismos a que lo hagamos preguntando; porque a esta gente es cómo que no le importa nada y en consecuencia: “¡Quién no se interesa no aprende! ¡Y quien no aprende no sabe nada!” Por esa compleja razón en la mayoría de los casos preguntar es inútil.
Siento haber empañado la presentación de este magnífico sitio que sin duda es el primer destino recomendado de habla no hispana del Caribe, con acotaciones comunes a todos los países de este tipo.
Llevo cinco años de viaje prácticamente sin pausa y para darle un orden a este conjunto de desafíos, experiencias, aventuras, momentos bellos y no tan bellos, divido el tiempo por etapas. Ahora estoy viajando en una que llamo: “Vuelta al mundo 2012”.
Después de una visita a mi madre que vive en Argentina, partí de ese país a principio de marzo y pasé por las Cataratas de Iguazú, Brasilia, Guayana Francesa, Surinam, Guyana, Trinidad & Tobago, Barbados, Grenada, San Vincent & The Granadines. Después de todo eso, e incluso mucho más, cuando este viaje por el Caribe ha terminado, puedo asegurar que el pueblo de Soufriére es el sitio más bello que encontré en esta parte del viaje.
Recuerdo que llegué a Santa Lucía sobre el feriado de pascua y los taxistas estaban como carroñeros fuera del pequeño aeropuerto de Castries, ciudad capital. La salida daba a la playa y no me importaba caminar con tal de que esos deshonestos no se hagan con mi dinero —esto último no lo tomen mucho en cuenta porque es una disputa personal que yo tengo con ellos, además como les dije con anterioridad es conveniente alquilar un coche—. Olvidemos eso y regresemos al turismo; disfruté de las vistas de esa playa y un poco más tarde entré en la capital donde debido al feriado encontré dificultad para conseguir transporte, de todos modos no me preocupé y así fui cogiendo uno y otro minibús que me pasearon por toda la isla —momentos preciosos— hasta que al atardecer llegué a Soufriére (Un sueño de sitio) y si faltaba algo para redondear la aventura allí descubrí que había reservado un hotel excelente a un precio razonable.
El pueblo, donde nació y creció María Josefina Rosa Tascherde la Pagerie, quien fuera esposa de Napoleón Bonaparte, tiene unas pocas callecitas con una iglesia muy antigua junto a un puñado de edificios de madera del inicio del siglo XX y más antiguos. Entré a mi habitación y: ¡Guau! De un lado el sol que moría en el mar. ¡Qué belleza!
Tenía que verlo todo, recorrí el largo de esa suite enorme, abrí las puertas del segundo balcón, salí con entusiasmo y, entonces, afloró una emoción producto del conjunto sorpresa y belleza.
Frente a mí el pueblo guindado por su iglesia y detrás de las casas el verde desplegado en forma de abanico trepaba los cerros en forma de un anfiteatro que llegaba al cielo.
Demasiado romántico para una persona sola; pero si llegan en esta condición no tienen de qué preocuparse porque la gente es simpática y allí cada noche hay fiestecilla.
Soufriére, así también se llama el distrito donde se encuentra la zona de gestión ambiental de Las Pitons, declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO, con una flora increíble y una fauna exótica es un área ideal para realizar caminatas, escaladas y senderismo que se complementa de manera excelente con las actividades marinas.
En el siguiente mapa mientras que los banderines amarillos indican la ubicación de Castries (capital) y Soufriere (patrimonio de la humanidad) las líneas azules muestran mi llegada en avión y mi salida en barco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario