Ecuador

Este fue un país que visité en varias oportunidades, gracias a mí ir y venir por el continente, y siempre que llegué aquí lo hice por vía terrestre. En Ecuador la gente es simple y agradable; hay lugares preciosos, en la costa preparan un ceviche de camarón exquisito y tierra adentro la cocina es un lujo.

Cevichería en Guayaquil 
Es una ciudad del sur, ubicada en la costa del océano Pacífico que tiene una playa de arena blanca maravillosa, unos alrededores muy bonitos y hay mucha juerga. En la última década Guayaquil ha crecido a buen ritmo; recuerdo que cuando estuve aquí por primera vez, año 1987, era un pueblo grande. En aquella oportunidad había entrado al país desde Perú y nunca voy a olvidar el recibimiento que me dieron las plantaciones de banano que formaban pasarelas interminables a los lados de la carretera. Asfalto gris ladeado por verde de plantas; qué hermoso.

Así era la playa a finales de los ochenta
Para llegar a este destino, ubicado en el extremo norte del país, desde Guayaquil (centro-sur), es muy bonito ir haciendo el camino de la costa; donde vamos a encontrar pueblos de pescadores, playas salvajes y esteros inhóspitos con una flora y fauna que sorprende; sin prisas esta ruta da para escribir un libro y sin más paradas que la necesarias en autobús se demora menos de un día.
Arte pura
Al sur del centro urbano de Esmeraldas se encuentra la famosa playa de Atacames, recuerdo el sitio de la época en que allí no había cemento y los chiringuitos de la playa servían cócteles que costaban 1 dólar al ritmo de salsa. Aguas bravas, que saben ser mansas, y cabañas para turistas que estaban sobre la mima arena de la playa. ¿Y cuánta marcha? Recuerdo que una mañana escapé de allí para no quedar atrapado en su esencia, que no ha variado a pesar de que toda la región ya es incapaz de ofrecer un ambiente de aquellos tiempos. De todos modos, tanto hoy como ayer, a esta tierra de gente alegre con aguas de pelícanos le sobran atributos para merecer una visita

Monumento de la mitad del mundo
El camino de la costa hacia la capital nos muestra el inicio de las montañas altas dominadas por una vegetación exuberante. Después de más de 300 km fincas maravillosas y jardines de película son antesala del atracón que nos vamos a dar en la parte colonial de la ciudad. La basílica, otras iglesias antiguas y casas de muros gruesos nos regalan escenarios de cine de otros tiempos.

En uno de mis primeros viajes intercontinentales cuando cruzamos la línea del Ecuador terrestre, la compañía nos ofreció una copa de champán para celebrar el acontecimiento. Un recuerdo en el aire que en Quito, visitando el monolito que señala el lugar por donde pasa la línea que separa el mundo en dos hemisferios, lo complementé con otro gran momento vivido sobre la firmeza del suelo.

Esta presentación muestra mi forma de viajar por este país amazónico y espero que les sirva de guía. Más allá de eso; bosques impenetrables, tribus autóctonas, mucho por ver y tanto por descubrir hacen que cada uno dependiendo de sus inquietudes prepare el viaje a su manera.

En el siguiente enlace presento Galápagos, una isla del Pacífico y paraíso natural que pertenece a Ecuador.
Si van hacia el sur este enlace les lleva a Perú y si prefieren seguir hacia el norte este otro enlace les lleva a Colombia.



Recuerden que es muy importante hacer respetar el planeta y velar por la Naturaleza. “Muchas gracias por vuestra visita”

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